Elvira Plaza y todas las colaboradoras del equipo de PSICOLOGIC os ofrecemos una terapia basada en metodologías ampliamente validadas por la ciencia, desde la integridad, la ética, la profesionalización y la especialización. La terapia cognitivo-conductual cuenta con una amplia tradición investigadora y clínica, estando respaldada para el abordaje de diferentes condiciones en la clínica, pero siendo, también, una base consolidada para otras intervenciones, como el coaching o la terapia de grupo. Utilizamos las técnicas más avanzadas de las diferentes escuelas y nos mantenemos atentas a los resultados de la investigación para poder ofreceros un tratamiento con garantías.

Además, si lo deseas, nuestra atención puede ser tanto online como a domicilio. La sólida formación de todo el equipo y de la colegiada Elvira Plaza recoge las mejores técnicas terapéuticas existentes y basadas en la ciencia.

El modelo sobre el que pivotan nuestras intervenciones en los diferentes ámbitos en los que actuamos es la TCC (Terapia Cognitivo-Conductual): este modelo ampliamente avalado por la evidencia investigadora enfoca tanto los pensamientos como las conductas, aunando las dos grandes corrientes en Psicología científica, pero no es sólo una fusión, sino todo un modelo para la aplicación clínica que combina una enorme diversidad de técnicas, dependiendo de cada caso y cada problemática: estrategias de afrontamiento, reestructuración cognitiva e, incluso, relajación, role-playing, etc. El potente modelo cognitivo-conductual también admite la inclusión de elementos de las terapias llamadas de tercera generación cuando sea necesario.

La investigación durante los últimos 50 años da alta evidencia de la eficacia de las terapias cognitivas-conductuales, pero, ¿en qué se basan?

La conducta - o el comportamiento que tenemos ante la vida y las cosas que, en ella, nos suceden - es aprendida; desde que somos pequeños, comenzamos a aprender e incorporar en nuestra conducta una serie de respuestas.
Sin embargo, estas respuestas no responden, simplemente, a estímulos: ahí entraría la dimensión cognitiva. La relación entre nuestras biografías, historias de vida, esquemas de interpretación de los fenómenos, esquemas cognitivos y un sin fin de elementos entran en juego para determinar esa respuesta, esa conducta que ponemos en juego ante un determinado suceso. La investigación durante los últimos 50 años da alta evidencia de la eficacia de las terapias cognitivas-conductuales.